El sistema de riego más extendido en olivar es el riego por goteo o riego localizado, que ha demostrado aumentar considerablemente la producción hasta el punto de duplicarla en algunas fincas. Aunque a corto plazo el riego incrementa las cosechas, a medio plazo el empleo de aguas de mala calidad provoca la pérdida paulatina de la fertilidad del suelo llegando incluso a la improductividad total. Veamos el por qué…
Uno de los principales problemas del uso de aguas de riego de mala calidad es la salinización y sodificación del suelo, derivado del elevado contenido de estos compuestos en agua. El exceso de sales potencia su acumulación en el suelo, aumentando la tensión osmótica y provocando que las plantas encuentran mayor dificultad para absorber agua y nutrientes, lo que se traduce en síntomas visuales asociados a carencias nutricionales severas. Esta situación podría evitarse si previamente se realiza un análisis de agua que determine su calidad e idoneidad para su uso.
Por otro lado, la acumulación excesiva de sodio tiene efectos aún más perniciosos al interactuar con otros cationes de la solución del suelo desplazándolos y disminuyendo su reservorio. Esta sustitución catiónica por sodio, desemboca además en problemas físicos en el suelo, puesto que este catión interactúa con las arcillas y destruye la estructura, lo que a su vez provoca encostramiento, problemas de hipoxia por la pérdida de porosidad y a largo plazo el desarrollo de hongos asociados a encharcamientos, tales como Fusarium, Phytophtora y Pythium, responsables de la “seca” del olivo.
A medio plazo el uso de aguas de riego de mala o dudosa calidad provoca tanto la pérdida de fertilidad del suelo como la proliferación de hongos asociados a enfermedades edáficas.
Método para simular un bulbo húmedo artificial de olivo
Si bien esta problemática está bien descrita en campo, es difícil estudiarla en laboratorio dada la dificultad de simular un ecosistema edáfico natural. Por ello, iniciamos una investigación para recrear en laboratorio un bulbo húmedo natural formado típicamente en olivar con riego localizado y estudiar cómo afectan las diferentes aguas de riego a la calidad del suelo. Así como recrear diferentes escenarios, tales como una salinización, sodificación y enmiendas… Lo que nos ha permitido analizar el comportamiento del suelo, su proceso de degradación físico-química y determinar posibles medidas para disminuir o corregir este tipo de problemáticas. Y de este modo, predecir futuros escenarios que nos ayuden a proteger y conservar los suelos, evitar la improductividad y asegurar las producciones.
Hemos desarrollado un método que simula el bulbo húmedo del olivo con riego localizado y para aportar soluciones a la salinización y sodificación del suelo y evitar la improductividad.
Metodología
Esta investigación consiste en el estudio de varias muestras de suelo sometidas a distintas simulaciones:
- Riego localizado: agua con elevado contenido en bicarbonato sódico (sodificación). Estudio de partida.
- Lluvia: agua de lluvia con agua destilada.
- Enmienda cálcica: agua con elevado contenido en calcio para intentar recuperar las propiedades del suelo.
De cada simulación o tratamiento se recogió y analizó el extracto de percolación, se midió la velocidad de infiltración (Figura 1), el tiempo de retención (Figura 2) y el pH del bulbo (Figura 3), lo que indicó qué compuestos y en qué proporción han sido retenidos en el suelo.
Resultados
A la vista de estos resultados, podemos confirmar que el uso de un agua de mala calidad provoca una sodificación evidente sobre nuestro bulbo húmedo artificial. Tal y como lo haría sobre cualquier suelo, incrementando el pH, y disminuyendo la capacidad de infiltración. El agua de lluvia acentúa este problema y la enmienda consigue recuperar el bulbo, aunque en ningún caso aproximándose a valores iniciales, probablemente porque el daño ocasionado a la fertilidad física del suelo no puede recuperarse mediante una enmienda cálcica, al menos a corto plazo.
Se observa una clara sodificación del suelo al utilizar un agua de riego de dudosa calidad, lo que disminuye en gran medida su capacidad de infiltración, con los problemas asociados de encostramiento, erosión, pérdida de porosidad…. Afectando a la fertilidad química, un pH elevado provoca bloqueo de nutrientes.
Se observa también que la lluvia no hace más que aumentar los problemas provocados por la sodificiación. Y que la enmienda, si bien es capaz de recuperar en gran parte la fertilidad química del suelo, disminuyendo el pH y llevando los cationes a niveles similares a los iniciales, a corto plazo es incapaz de recuperar la fertilidad física, por lo que podríamos decir que el daño provocado por la sodificación solo es recuperable en parte.
Los resultado obtenidos confirman que el bulbo húmedo artificial se comporta de manera muy similar a uno natural. Por tanto, el método desarrollado es válido para su uso en laboratorio.
Conclusiones
Este método es una fuente de información única, porque permite analizar los cambios en el suelo del olivar antes y después aplicación de agua, ya sea de riego o lluvia. De este modo, funciona como un “barómetro” que señala los cambios en el medio edafológico y ambiental del ecosistema del olivar en respuesta a los riegos.
¿Tu olivar muestra problemas de improductividad, hablamos?
Este estudio “Sodificación y recuperación del suelo del olivar” fue presentando en el XVII Simposium Científico-Técnico Expoliva 2015 en el Foro del Olivar y Medioambiente.
Bibliografía
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